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domingo, 10 de febrero de 2013

Éxito de la manifestación contra la corrupción celebrada en Murcia


Miles de personas tomaron Murcia este sábado 9 de febrero para exigir el fin de la corrupción política que está destrozando el país. Dejamos a vuestra disposición el comunicado leído al concluir la manifestación, así como varios vídeos y enlaces sobre la misma.
“Estamos aquí porque la corrupción política sigue creciendo y arruinando nuestro país. En los últimos días se ha filtrado mediante la prensa que toda la cúpula del PP y del propio Gobierno de la nación recibió enormes cantidades de dinero en negro, dinero que no declararon a Hacienda, que sirvió para llenar sus ya rebosantes bolsillos y que provenía de grandes empresas posteriormente beneficiadas por el Gobierno. Constructoras que reciben miles de millones por obras muchas veces innecesarias, grandes superficies como Mercadona que han sido reiteradamente denunciadas por violar los derechos de sus trabajadores pero sigue haciéndose de oro sin que nadie corrija sus desmanes y, en suma, una corte de multimillonarios con dinero suficiente para sacarnos de la crisis, pero que lo guardan impunemente en sus paraísos fiscales y en las SICAV amparadas por este y el anterior gobierno, tributando a un porcentaje mucho menor que el aplicable al trabajador mileurista. Cuentan con la protección de unos sobres cuyo papel es mucho más valioso que el de la Constitución española.
La corrupción ha tocado techo. Gürtel, los EREs andaluces, el caso Urdangarín, la financiación ilegal de CIU, el indulto a un homicida que segó una vida con su coche y no pisará la cárcel tras haber sido defendido por un abogado hijo de Gallardón, aquí en Murcia los casos Umbra y Tótem... Pero para sostener esa cúspide de podredumbre hacen falta toneladas de corruptelas cotidianas, y el silencio de los ciudadanos ante ellas. La resignación ante el abuso cotidiano, ante el caciquismo de las autoridades más cercanas a nosotros, el silencio basado en el miedo, la pasividad y el desentendimiento ante las injusticias del día a día, nos ponen de rodillas, colocándonos en una indefensión que permite a cualquier cacique, desde el que ocupa la presidencia del gobierno a un alcalde pedáneo, convertir la casa y el patrimonio de todos en su cortijo particular.
Porque hay corrupción cuando un cargo (da igual lo alto o bajo que sea) enchufa a sus familiares o amigos en el ámbito de Administración que controla, y de esos enchufes aquí sabemos mucho, a pequeña y gran escala. Hay corrupción cuando se toman represalias contra quien se atreve a oponerse a las decisiones de un cacique, sea en la universidad, una consejería o un ayuntamiento. Hay corrupción cuando un policía se niega a enseñarte el número de placa, o se lo quita para que nadie pueda identificarle mientras comete barbaridades como las vistas en Murcia este último año. Hay corrupción cuando la prensa silencia el mal gobierno con el fin de seguir recibiendo prebendas de los sátrapas locales, en forma de publicidad institucional y de empresas afines al poder. Hay corrupción cuando un alcalde fracciona contratos para dárselos en monopolio al empresario amigo. Hay corrupción cuando se exprime al ciudadano mientras se privilegia al poderoso, al banquero que condona deudas millonarias a los grandes partidos y al gran empresario que comparte caviar y mansión con las más altas autoridades. Pero sobre todo hay corrupción, surge el caldo de cultivo de la corrupción, su savia, el veneno que la alimenta, cuando todos vemos esas cosas y no actuamos. 
La política es nuestra. El Estado nos pertenece. Nosotros levantamos el país con nuestro esfuerzo y tenemos derecho a gobernarlo. España, Murcia...son la mezcla de millones de personas libres, dueñas de su vida y su futuro, y de una tierra que nos pertenece a todos, una tierra cuyos frutos deben dedicarse a asegurar la libertad, el bienestar y las oportunidades de cada uno de quienes la habitamos. Nadie tiene derecho a pensar por nosotros, ni a apartarnos de unas instituciones que debemos dirigir en primera persona, ni a ocultarnos los asuntos públicos, ni a decidir en nuestro nombre. El poder es algo demasiado grande para dejarlo en manos de unos pocos sin que se corrompan, si es que no estaban ya corrompidos por querer monopolizarlo. La solución a nuestros problemas no está en lograr buenos gobernantes, sino en aceptar que tenemos el derecho y la obligación de gobernarnos por nosotros mismos.
Necesitamos sentirnos orgullosos de nosotros mismos para no dejar que ningún parásito nos amenace con unas instituciones y una riqueza que nosotros mantenemos, y por ello son nuestras. Necesitamos deseo de conocimiento para identificar nuestros derechos en la ley escrita y pelear para que se integren en dicha ley los que todavía no están. Necesitamos constancia y esfuerzo para estar al día de la política, saber lo que se está haciendo con nuestros intereses y participar en su gestión denunciando a quienes se aprovechan de nosotros, tanto en los tribunales como en la prensa y en la calle. Necesitamos crear un sistema de democracia deliberativa y participativa, donde el ciudadano pueda decidir en primera persona mediante herramientas como el referéndum, y echar de sus cargos a los políticos que no cumplen su programa antes de que acabe la legislatura mediante figuras como la revocación de mandato, vigente en otros países. Necesitamos perder el miedo y ganar la confianza, la esperanza y la fuerza para derribar los nidos de tantos buitres. Pero sobre todo necesitamos entender que cada uno de nosotros somos imprescindibles para lograr un país libre y justo. Existen muchas vías: participar en alguno de los partidos que ya existen si se confía en él, crear otros nuevos si ninguno es de nuestra confianza, hacer surgir asociaciones ciudadanas que luchen por los intereses comunes y combatan la corrupción a todos los niveles, convocar movilizaciones contra la injusticia, llevarla a la vía judicial, compartir ideas para enriquecer nuestras mentes...en resumen, pensar, cooperar y actuar desde la convicción de nuestra infinita dignidad como seres humanos y ciudadanos de este país . Lo contrario, seguir como un rebaño a otros, sean quienes sean, sin ser nosotros los protagonistas de nuestro futuro, nos llevaría a un nuevo ciclo de corrupción, que puede tener cualquier color.
Concluyendo estas palabras con la razón más inmediata que nos ha traído aquí: exigimos la dimisión del gobierno, contaminado por la vergüenza que las pruebas de su propio tesorero ha generado, al igual que reclamamos la dimisión de todos los corruptos que, desde distintos partidos y puestos de poder, han hundido nuestro país, sometiéndolo a los intereses de quienes les corrompen con sobres en lugar de buscar el progreso colectivo. Y en cuanto a quienes dicen que las manifestaciones no sirven para nada...aparte de que nos permiten observar que somos muchos y fuertes, queremos recordarles que recientemente algunos pueblos han logrado echar abajo a sus tiranos ocupando indefinidamente la calle hasta que dimitiesen.”

http://elpajarito.es/index.php/region/148-protesta/3042-marcha-en-murcia-contra-la-corrupcion-disfrazada-en-la-politica.html




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